
Creadores.
Snapchat fue creado por tres estudiantes de la Universidad de Stanford: Evan Spiegel, Bobby Murphy, y Reggie Brown, quienes juntos dieron vida a una de las aplicaciones más revolucionarias en la historia de las redes sociales. La idea detrás de Snapchat surgió en 2011, cuando estos jóvenes estudiantes universitarios decidieron crear una aplicación que permitiera compartir fotos que desaparecieran después de un tiempo determinado, algo que cambiaría para siempre la forma en que los usuarios interactúan con el contenido digital.

¿Por qué comienza Snapchat?
El concepto detrás de Snapchat nació en la Universidad de Stanford, cuando Reggie Brown planteó la idea de crear una plataforma donde las fotos pudieran desaparecer tras ser vistas. Esto fue visto como algo revolucionario, ya que en 2011, las plataformas de redes sociales como Facebook y Twitter estaban diseñadas para guardar y archivar contenido de manera permanente. Brown compartió la idea con Evan Spiegel y Bobby Murphy, quienes se entusiasmaron con el concepto y decidieron trabajar juntos para convertirlo en una realidad.
La primera versión de la aplicación se llamó "Picaboo" y fue lanzada en julio de 2011. Sin embargo, después de problemas legales relacionados con el nombre, decidieron renombrarla como Snapchat en 2012. Desde su lanzamiento oficial bajo este nombre, Snapchat comenzó a ganar popularidad rápidamente entre los adolescentes y jóvenes adultos.
El crecimiento de usuarios de Snapchat ha sido notable. Para mayo de 2015, Snapchat contaba con más de 100 millones de usuarios activos diarios, una cifra impresionante considerando que la aplicación estaba dirigida principalmente a una audiencia joven, entre los 18 y 29 años. Este grupo demográfico ha sido uno de los más difíciles de captar por otras plataformas sociales, lo que ha consolidado a Snapchat como una aplicación esencial para los adolescentes y jóvenes adultos.


Además, Snapchat introdujo una nueva forma de interacción visual más rápida y espontánea, en la que los usuarios podían capturar momentos cotidianos sin la presión de que fueran perfectos o cuidadosamente seleccionados, como ocurría en otras plataformas.